Es perfecto el momento en el que te tengo en brazos, estoy junto en la cama contigo o el simple hecho de darte la mano y siento tu amor y tu cariño hacia mi tal como yo lo siento por ti. Deseo que no acabe nunca.
Bienvenidos a la mente de un adolescente idealista que intenta reflejar la imagen de un mundo mejor; libre, sin discriminación racial, sin categorías sociales, sin gobierno ni delincuencia, sin violencia de genero, sin billetes ni corrupción, falto de hipocresía y falsedad... un mundo mejor tras el que tanto nos esmeramos por destruir... Una Utopía perfecta...
viernes, 14 de junio de 2013
Es Perfecto...
Es perfecto el momento en el que te tengo en brazos, estoy junto en la cama contigo o el simple hecho de darte la mano y siento tu amor y tu cariño hacia mi tal como yo lo siento por ti. Deseo que no acabe nunca.
jueves, 2 de mayo de 2013
Eutanasia
El amor de un animal de compañía es incondicional.
Unos amigos la encontraron en una carretera. Estaba muerta de miedo y de hambre. Había sido maltratada por unas despreciables personas las cuales espero que hayan sufrido un horrible destino.
Al poco tiempo fue adoptada por nosotros. Yo debía tener unos 8 años, era pequeño y me hizo ilusión tenerla en casa. La llamamos Fiera porque era muy juguetona y siempre jugábamos con ella. Mordía suave sin hacer daño y no se cansaba pronto. No lo pasó nada mal en nuestra compañía La cuidábamos, la mimábamos, la queríamos, jugábamos con ella y la sacábamos a pasear; estaba muy a gusto con nosotros, se sentía feliz.
Con nosotros tuvo su primera camada. Fue un estúpido y feo perrucho que siempre estaba suelto. Al parir, creo recordar que fueron siete cachorros de diferentes tonalidades de marrones y un par de ellos negros. Nos quedamos con una adorable hembra que al final resultó ser un poco... corta. Debió salir al padre.
Dos camadas más vinieron a lo largo del tiempo por lo mismo... estúpidos perros con dueños aún más estúpidos que se colaban en casa y dejaban a las dos perras encinta. Se hacía mayor, pero no perdía vitalidad, era alegre y muy movida.
El verano pasado tuvo una plaga de diminutas garrapatas que no morían ante las prevenciones. Perdió mucha sangre y con ello, peso. Conseguimos quitarle todas esas horribles y diminutas bestias. Algo pasó, que al irse las garrapatas, se quedó ciega poco a poco. Por las noches se le nublaban los ojos, y por el día se le aclaraban un poco. Pero finalmente se quedó permanentemente ciega.
Llevaba aproximadamente diez años con nosotros más los que tuviera antes de que la encontráramos. Hace una semana empezó a decaer y a perder peso de nuevo. La acogimos entre mantas y calor. A penas podía caminar, se tambaleaba y se orinaba en cualquier sitio...
Ayer, día dos de mayo de dos mil trece, Fiera dio sus últimos pasos. Ya no podía levantarse de su sitio, lo intentaba y no lograba mover ni la mitad de su cuerpo. En dos ocasiones devolvió una substancia rojiza que debían ser... sus entrañas. Se estaba deshaciendo por dentro. Ya no bebía ni comía. No tenía energías para digerir... Estaba sufriendo.
La llevamos al veterinario con la intención de hacerle la eutanasia. La acción de ahorrar sufrimiento de una manera rápida e indolora. Ésta se aplica a las mascotas con una inyección de efecto inmediato que no le produce ninguna mala sensación al animal.
Yo estaba frente a ella cuando le inyectaron aquello. En menos de 5 segundos, Fiera se quedó dormida... y en menos de dos minutos, su corazón había dejado de latir. Diez años de mi vida se desvanecieron en segundos. Se perdieron como lágrimas en la lluvia. Se fue rodeada de los suyos, arropada y cálida.
Ella ya estaba tranquila, había dejado de sufrir, pero su estela aún se podrá ver a la luz del día.
Unos amigos la encontraron en una carretera. Estaba muerta de miedo y de hambre. Había sido maltratada por unas despreciables personas las cuales espero que hayan sufrido un horrible destino.
Al poco tiempo fue adoptada por nosotros. Yo debía tener unos 8 años, era pequeño y me hizo ilusión tenerla en casa. La llamamos Fiera porque era muy juguetona y siempre jugábamos con ella. Mordía suave sin hacer daño y no se cansaba pronto. No lo pasó nada mal en nuestra compañía La cuidábamos, la mimábamos, la queríamos, jugábamos con ella y la sacábamos a pasear; estaba muy a gusto con nosotros, se sentía feliz.
Con nosotros tuvo su primera camada. Fue un estúpido y feo perrucho que siempre estaba suelto. Al parir, creo recordar que fueron siete cachorros de diferentes tonalidades de marrones y un par de ellos negros. Nos quedamos con una adorable hembra que al final resultó ser un poco... corta. Debió salir al padre.
Dos camadas más vinieron a lo largo del tiempo por lo mismo... estúpidos perros con dueños aún más estúpidos que se colaban en casa y dejaban a las dos perras encinta. Se hacía mayor, pero no perdía vitalidad, era alegre y muy movida.
El verano pasado tuvo una plaga de diminutas garrapatas que no morían ante las prevenciones. Perdió mucha sangre y con ello, peso. Conseguimos quitarle todas esas horribles y diminutas bestias. Algo pasó, que al irse las garrapatas, se quedó ciega poco a poco. Por las noches se le nublaban los ojos, y por el día se le aclaraban un poco. Pero finalmente se quedó permanentemente ciega.
Llevaba aproximadamente diez años con nosotros más los que tuviera antes de que la encontráramos. Hace una semana empezó a decaer y a perder peso de nuevo. La acogimos entre mantas y calor. A penas podía caminar, se tambaleaba y se orinaba en cualquier sitio...
Ayer, día dos de mayo de dos mil trece, Fiera dio sus últimos pasos. Ya no podía levantarse de su sitio, lo intentaba y no lograba mover ni la mitad de su cuerpo. En dos ocasiones devolvió una substancia rojiza que debían ser... sus entrañas. Se estaba deshaciendo por dentro. Ya no bebía ni comía. No tenía energías para digerir... Estaba sufriendo.
La llevamos al veterinario con la intención de hacerle la eutanasia. La acción de ahorrar sufrimiento de una manera rápida e indolora. Ésta se aplica a las mascotas con una inyección de efecto inmediato que no le produce ninguna mala sensación al animal.
Yo estaba frente a ella cuando le inyectaron aquello. En menos de 5 segundos, Fiera se quedó dormida... y en menos de dos minutos, su corazón había dejado de latir. Diez años de mi vida se desvanecieron en segundos. Se perdieron como lágrimas en la lluvia. Se fue rodeada de los suyos, arropada y cálida.
Ella ya estaba tranquila, había dejado de sufrir, pero su estela aún se podrá ver a la luz del día.
domingo, 21 de abril de 2013
Damas y caballeros:
La mera palabra "secreto" es repugnante en una sociedad libre y abierta. Y nosotros, como personas, nos oponemos intrínseca e históricamente a las sociedades secretas, a los juramentos secretos y a los procedimientos secretos. Y hay un grave peligro de que el anuncio de un necesario incremento de la seguridad sea aprovechado por aquellos ansiosos de expandir su significado a los límites de la censura y la ocultación oficial. Y me propongo a impedir eso por todos los medios de que dispongo. Y ningún oficial de mi administración, ya sea alto o bajo rango, civil o militar, deberá interpretar lo que estoy diciendo como una excusa para censurar las noticias, o ahogar la oposición, o para encubrir nuestros errores, o para apartar de la prensa y del público los hechos que merecen conocer.
Pero nos enfrentamos, a nivel mundial, a una despiadada y monolítica conspiración que confía básicamente en los medios secretos para extender su esfera de influencia. En la infiltración, en lugar de la invasión. En la subversión, en lugar de las elecciones. En la intimidación, en lugar de la libre elección, En guerrillas nocturnas, en lugar de ejércitos a la luz del día. Es un tejido que ha reclutado extensos recursos humanos y materiales, construyendo una densa red, una máquina altamente eficiente que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son encubiertos, no publicados. Sus errores son enterrado, no anunciados en titulares. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. No estoy pidiendo que vuestros periódicos apoyen a la Administración. Les pido ayuda para la difícil tarea de informar y alertar al pueblo americano. Porque tengo una total confianza en la respuesta y dedicación de nuestros ciudadanos una vez estén bien informados.
No quiero ahogar la controversia entre vuestros lectores, es más, le doy la bienvenida. Esta Administración pretende ser honesta con sus errores, porque, como dijo una ves un hombre sabio: "Un error sólo se convierte en equivocación cuando rechazas corregirlo" Pretendemos asumir la responsabilidad de nuestros errores. Y contamos con vosotros para apuntarlos si no los vemos. Sin debate, sin críticas, ningún país puede tener éxito, y ninguna república puede sobrevivir. Es por esto que el legislador ateniense Solón decretó que era un delito que los ciudadanos se cerrasen al debate. Y es por esto que la prensa está protegida por la Primera Enmienda. El único negocio de América al que la Constitución protege específicamente, no para entretener o divertir, no para insistir en lo trivial y lo sentimental, no para simplemente "dar al público lo que éste quiere", sino para informar, para inspirar, para reflexionar, para exponer nuestros peligros y nuestras oportunidades. Confiando en que, vuestra ayuda, el hombre será como debe ser por nacimiento: Libre e independiente.
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John F. Kennedy |
jueves, 10 de enero de 2013
Coyotes en la sombra.
Siempre pensé que hacía bien defendiendo a la gente que venía a este país a ganarse la vida... Sigo pensándolo. Pero han habido acontecimientos que me han hecho cambiar de parecer por unos momentos.
Me encontraba tranquilamente con mis dos compañeros cenando en un parque durante aquella noche de copas. Todo sucedía de un modo normal y natural. No hacía frío, ni calor, reíamos de nuestras cosas... No tardaron en pasar un numeroso grupo de chavales con aires de superioridad y ganas de encontrar... pelea.
Empecé a ponerme nervioso cuando vi que se pararon no muy lejos de nosotros. Ya estaba imaginando que íbamos a salir caldeados de aquella situación. Decidí sentarme cuando empezaron a venir todos aquellos morenos a nosotros rodeando el banco en el cual estábamos. Llevaban palos de cartón duros, y para intimidar, golpeaban el banco. Me pareció un comportamiento patético. Empezaron a hacernos preguntas y a decir que necesitaban dinero... Yo llevaba una cantidad respetable como para dejarlos ir. me resistí y solo les di un misero euro, que ahora me pesa más que cualquier cosa. Empezaron a preguntar nuestras edades y el lugar donde vivíamos...
Maldita sea, estaba nervioso y no se iban... No podía hacer otra cosa que mantener una sonrisa un tanto chulesca para esconder mi nerviosismo. A uno de mis amigos empezaron a amenazarle pidiéndole el dinero que llevaba. A mi otro amigo le quitaban el sombrero y le agobiaban con palabrería y verborrea. Me pareció el momento más incómodo de esa noche. No tardamos en empezar a levantarnos y a irnos poco a poco, pero nos entretenían poniéndose en medio y empujando. Ahí empecé a enfadarme y sentir un coraje que me comía por dentro. Llegaron al siguiente paso, este más contundente al ver que no conseguían lo que querían. Empezaron a tirar a un compañero al suelo y pateándolo por todas partes. Cinco personas encima de una sola me parecía una brutalidad completamente innecesaria. No paraban de golpearlo y molestar a mi otro compañero. me sentí a salvo, esos morenos no me tocaron ni un solo pelo... tal vez porque era de ese pueblo... tal vez porque me conocían... tal vez porque vieron que en ningún momento me mostré violento y no dejé de mostrar mi cara diplomática y un gesto un tanto resignado... No lo sé, pero hubiera preferido que me hubiesen partido la cara. Mi daño sería menos...
Moralmente me sentía como la peor persona del mundo al no poder parar toda esa violencia. Intentaba separarles, poniéndome delante de mi pobre compañero. Sentí como se apoyaba tras de mi para poder levantarse. Soltaba frases como; "Mi amigo se parte la cara por vosotros y por defenderos, no se merece para nada este trato". No consiguieron sacarle ni un solo céntimo, ni su valioso reloj... ni siquiera su sombrero que tanto se lo habían pasado. El más mayor de nosotros estaba nervioso y no dejaban de toquetearlo y cachearlo para sacarle la cartera... Rompieron sus palos con nuestros cuerpos... De un modo u otro, me veo obligado a incluirme por que... pese a que no recibí daño físico, me sentía igual de herido, o según por lo que ellos me dijeron... incluso más. Mi daño moral era desproporcionado. No veía necesario correr para librarme de ellos, es como si no existiera o no formara parte de esa agresión. Era un fantasma que intentaba separar a todo el mundo. Lo logré, al final, pero logré que se desprendieran. Mis compañeros corrían y yo miraba resignado a un paso lento sabiendo que no me tocarían...
Mi corazón estaba acelerado, lleno de rabia, coraje y con ganas de violencia, pero... ¿Que iba a hacer yo? Nunca he agredido a nadie. Soy una persona muy pacífica y diplomática. Tampoco tengo el suficiente valor como para hacerlo. No pudimos hacer nada para evitar esa propina. No nos faltaban ganas, pero nos faltaba fuerza. No se podía hacer nada contra nueve personas armadas con palos y ganas de pelea.
Solo hubo un momento de aquel violento encuentro que me llenó de esperanza por la humanidad...
El más pequeño del grupo, debía tener la edad de 13 años. Era un pequeño mocoso que iría con los mayores solo para hacer bulto o para parecer duro. O tal vez por obligación. Pues ese pequeño; ese chico tan menudo recogió del suelo un mechero y la pitillera del compañero que más había recibido sin darme yo cuenta. Pero ese chico me cogió del brazo llamando mi atención para darme aquello. Ese gesto de bondad hizo que no odiara a muerte a aquella gente. Ese pequeño me devolvió las pertenencias de mi amigo que estaba siendo apalizado diciendo que se le habían caído. Ese chico no se quedó con aquello y prefirió dármelo a mi para que yo se lo devolviera después de aquella violenta escena.
Fue un gesto noble y de una inocencia propia de un niño. El no quería estar ahí del todo... Y me alegro
Con esto quiero decir que no me iba a derrumbar por lo que me pasó una noche la cual solo buscaba diversión. Lo peor me esperaba en casa, y si cometía un paso en falso, me hubiera derrumbado y no hubiera sido nada, NADA, fácil recomponerme o formar mi vida de nuevo tal y como era antes. Ella es la única que me ha querido de tal manera. Es la única que pese a sus muecas, me mira con amor y siento su calor cuando estoy cerca de ella. Nunca te voy a soltar de la mano, y aun que lo sientas, no lo habré hecho, pues siempre me vas a tener al lado, por mucho que me digas que no quieres estar conmigo.
Me encontraba tranquilamente con mis dos compañeros cenando en un parque durante aquella noche de copas. Todo sucedía de un modo normal y natural. No hacía frío, ni calor, reíamos de nuestras cosas... No tardaron en pasar un numeroso grupo de chavales con aires de superioridad y ganas de encontrar... pelea.
Empecé a ponerme nervioso cuando vi que se pararon no muy lejos de nosotros. Ya estaba imaginando que íbamos a salir caldeados de aquella situación. Decidí sentarme cuando empezaron a venir todos aquellos morenos a nosotros rodeando el banco en el cual estábamos. Llevaban palos de cartón duros, y para intimidar, golpeaban el banco. Me pareció un comportamiento patético. Empezaron a hacernos preguntas y a decir que necesitaban dinero... Yo llevaba una cantidad respetable como para dejarlos ir. me resistí y solo les di un misero euro, que ahora me pesa más que cualquier cosa. Empezaron a preguntar nuestras edades y el lugar donde vivíamos...
Maldita sea, estaba nervioso y no se iban... No podía hacer otra cosa que mantener una sonrisa un tanto chulesca para esconder mi nerviosismo. A uno de mis amigos empezaron a amenazarle pidiéndole el dinero que llevaba. A mi otro amigo le quitaban el sombrero y le agobiaban con palabrería y verborrea. Me pareció el momento más incómodo de esa noche. No tardamos en empezar a levantarnos y a irnos poco a poco, pero nos entretenían poniéndose en medio y empujando. Ahí empecé a enfadarme y sentir un coraje que me comía por dentro. Llegaron al siguiente paso, este más contundente al ver que no conseguían lo que querían. Empezaron a tirar a un compañero al suelo y pateándolo por todas partes. Cinco personas encima de una sola me parecía una brutalidad completamente innecesaria. No paraban de golpearlo y molestar a mi otro compañero. me sentí a salvo, esos morenos no me tocaron ni un solo pelo... tal vez porque era de ese pueblo... tal vez porque me conocían... tal vez porque vieron que en ningún momento me mostré violento y no dejé de mostrar mi cara diplomática y un gesto un tanto resignado... No lo sé, pero hubiera preferido que me hubiesen partido la cara. Mi daño sería menos...
Moralmente me sentía como la peor persona del mundo al no poder parar toda esa violencia. Intentaba separarles, poniéndome delante de mi pobre compañero. Sentí como se apoyaba tras de mi para poder levantarse. Soltaba frases como; "Mi amigo se parte la cara por vosotros y por defenderos, no se merece para nada este trato". No consiguieron sacarle ni un solo céntimo, ni su valioso reloj... ni siquiera su sombrero que tanto se lo habían pasado. El más mayor de nosotros estaba nervioso y no dejaban de toquetearlo y cachearlo para sacarle la cartera... Rompieron sus palos con nuestros cuerpos... De un modo u otro, me veo obligado a incluirme por que... pese a que no recibí daño físico, me sentía igual de herido, o según por lo que ellos me dijeron... incluso más. Mi daño moral era desproporcionado. No veía necesario correr para librarme de ellos, es como si no existiera o no formara parte de esa agresión. Era un fantasma que intentaba separar a todo el mundo. Lo logré, al final, pero logré que se desprendieran. Mis compañeros corrían y yo miraba resignado a un paso lento sabiendo que no me tocarían...
Mi corazón estaba acelerado, lleno de rabia, coraje y con ganas de violencia, pero... ¿Que iba a hacer yo? Nunca he agredido a nadie. Soy una persona muy pacífica y diplomática. Tampoco tengo el suficiente valor como para hacerlo. No pudimos hacer nada para evitar esa propina. No nos faltaban ganas, pero nos faltaba fuerza. No se podía hacer nada contra nueve personas armadas con palos y ganas de pelea.
Solo hubo un momento de aquel violento encuentro que me llenó de esperanza por la humanidad...
El más pequeño del grupo, debía tener la edad de 13 años. Era un pequeño mocoso que iría con los mayores solo para hacer bulto o para parecer duro. O tal vez por obligación. Pues ese pequeño; ese chico tan menudo recogió del suelo un mechero y la pitillera del compañero que más había recibido sin darme yo cuenta. Pero ese chico me cogió del brazo llamando mi atención para darme aquello. Ese gesto de bondad hizo que no odiara a muerte a aquella gente. Ese pequeño me devolvió las pertenencias de mi amigo que estaba siendo apalizado diciendo que se le habían caído. Ese chico no se quedó con aquello y prefirió dármelo a mi para que yo se lo devolviera después de aquella violenta escena.
Fue un gesto noble y de una inocencia propia de un niño. El no quería estar ahí del todo... Y me alegro
~
Todos llegamos temprano a casa aquella noche. No teníamos nada que hacer ni decir. Simplemente, reflexionar y meditar sobre lo ocurrido.
Nosotros no buscábamos problemas, solo divertirnos como solemos hacer cada semana. Pero no será por culpa de esas personas que le tendremos miedo a la noche. No por esas personas dejaré de confiar en los de su etnia. No por ello seré racista o clasista. Solo, andaré con cuidado y prudente.
~
El mayor problema venía luego. Algo que solo de pensarlo hace que me estremezca y se me encoja el corazón. llegué a casa con la esperanza de encontrar al amor de mi vida para poder hablar con ella y que fuera capaz de tranquilizarme. Pero... al parecer el efecto sería todo lo contrario.
Ella no estaba, pero los días siguientes sufrí como un desgraciado sabiendo que la persona más importante de mi vida, la persona que más he amado y siempre amaré, se sentía abandonada. Solo existía exaltación en mi. Era normal que después de que ella se fuera de mi casa, yo empezara a salir con mis colegas, se lo debía, sí. Pero ella se sintió rezagada porque yo no estaba a su lado cuando lo necesitaba. Pensaba que me había olvidado de ella o que no la tenía presente. Ella sentía un vacío respecto a mi.
Eso acabó conmigo. Con mi pobre y desquiciada alma. Estuve a punto de perder a mi bien más preciado. A punto de que ella, que forma parte de mi ser, se desprendiera de mi. Tuve tanto miedo que entré en un estado de crisis de ansiedad. Yo no creía lo que estaba pasando. No quería creerlo. Pero tras toda esa oscuridad había ese atisbo de luz, ese ápice de color y esperanza que nos unió de nuevo. Yo creo que nuestro amor es demasiado fuerte como para romperlo de este modo. Pese a mi ausencia, siempre está presente; en cada pensamiento, en cada palabra, en cada comentario. Forma parte de mi como si se tratase de una personalidad más... Por muchas veces que salga y no pueda hablar con ella, siempre voy a volver a ella y a tirarme encima como un perro al ver a su amor. Soy así, y no cambiaré. Y siempre que ella se vaya, esperaré pacientemente y me alegraré como un tonto al verla de nuevo. Siempre la veré de diferente manera que los demás la moran. Siempre pensaré en ella, en todo momento, siempre estará dentro de mi. No la voy a dejar escapar por otro desliz. Es demasiado valiosa.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl2FnI5H8a3BGv1sbyX11H-Zpbyddr0rQRBFu7esI3Hvkj_BVVNYrwh0djhPDAiGNb6dHW_tRo7b5zVyR0adWyk3PVPQfe9tUnnoxeXxtLhc_4uxvifhXAl1NP76T9rFrKH4r0iiZ5llSz/s320/2067375928_e729e4b2d2.jpg)
Y por mucho que diga, no soy capaz de expresar lo que siento por ti con palabras. Mi extenso y rico léxico no alberga las expresiones ni palabras adecuadas para describir lo que siento. Pues intento hacerlo lo más parecido con mis palabras. Te quiero, siempre tuyo.
- Esta te la dedico. Como dije, me has servido de inspiración. -
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