lunes, 4 de julio de 2011

La Noche de Claire

La oscuridad era la nueva dueña de mi antigua casa, Claire y yo intentamos entrar sin hacer mucho ruido pero las puertas y las botas de Claire nos la jugaban (xD).
Claire temía a la silla del mito de la mujer dormida, y pasaba detrás mío en todo momento. Le enseñé la casa hasta llegar a la planta de abajo, donde el frío se hacía con nosotros y la humedad tocaba nuestros huesos, alumbrando con tan solo un mechero le enseñé las vacías habitaciones. Ya se podía encender la luz, pero le mostré el sonido del extractor, tan agudo y oxidado como el grito de una mujer muriendo, Claire se asustó y se tapo los oídos... Escalofriante momento sin duda, encendí la luz del baño donde se situaba el espejo de oscuro pasado que reflejaba una cortina de ducha que, una vez, escondió algo tras de si.
Tras la inspección de aquel lavabo, nos dirigimos a una habitación con una luz ultravioleta que resaltaba las prendas blancas y dejaba ver la piel oscura. Intenté hacer un flash de luz con pólvora de los petardos que llevaba en la mochila, pero solo conseguí dejar una triste mancha en el suelo. Nos decidimos a subir arriba de nuevo por aquellas estrechas escaleras que crujían a nuestro paso. Una vez arriba, empezaron a tronar petardos de pueblos vecinos que celebraban la fiesta mayor, y a Claire le asustan los ruidos y sonidos bruscos; le dije que la llevaría a casa para que estuviese más tranquila, intenté ayudarla ofreciendo mis auriculares para suavizar el sonido, pero no servían de nada, me sentí impotente.
Cruzando el jardín y las estrechas escaleras de piedra llegamos a la puerta grande negra de metal, que hacía un ruido espantoso al abrir, saqué la bici y nos fuimos a paso ligero a su casa.

                                                                          ~

Al llegar a su casa nos quedamos en el portal manteniendo una agradable conversación compartiendo ideas y opiniones. Intentamos atraer a los gatos de aquella calle, pero todos acababan huyendo. Bajo la fría noche continuábamos hablando, cuando vimos un escarabajo cruzar la carretera con una lentitud soporífera. Mientras yo cogía al escarabajo, Claire fue rápido a buscar su cámara de fotos. Le hicimos varias fotografías a aquel escarabajo granate. Después de tanto flash, el escarabajo medio ciego, aumentó la velocidad de tal manera que en poco tiempo lo habíamos perdido de vista.
Al poco tiempo, a la 1:45 (aprox.) de la mañana, llegaron los padres de Claire, cuando sentí esa incomoda sensación al pensar que la noche acabaría ahí, y así fue, tuve que despedirme de Claire con un fuerte abrazo que llegó a lo más profundo de mí.
Mi vuelta resultó vacía pero con una amplia sonrisa que adornó mi cara